El Banco de México además de ser una institución financiera fuerte, es la única que los inversionistas ven con confianza.

Estos días hemos escuchado que el Banco de México podría perder su autonomía ¿qué significa esto?

El Banco de México es un organismo autónomo que tiene como función principal salvaguardar el poder adquisitivo de la moneda nacional según su artículo 2do, es decir, que sólo este puede emitir moneda al mercado. Esto porque en años anteriores a su autonomía, los gobiernos emitían dinero para financiar sus necesidades, trayendo a futuro serios problemas y desbalances financieros y económicos que afectaban especialmente a las personas más vulnerables. 
La autonomía no es un fin en sí mismo, sino, un medio eficaz para controlar la inflación. Entonces, Banxico es algo así como el guardián del valor de nuestro dinero.

El Banco de México cuenta con Reservas Internacionales que estos días se encuentran en 194,361 millones de dólares. Las reservas son activos de inversión en donde el Banco de México es el inversionista e invierte en las monedas más fuertes como el Dólar, el Euro o el Yen que le generan rendimientos. Además, se tiene un stock de las reservas en oro y en moneda extranjera.

La importancia de las Reservas Internacionales
El Banco de México es el responsable de administrar las Reservas Internacionales para brindar certidumbre a los inversionistas a invertir en México. Si por ejemplo, pasara algún desastre natural, pensemos en un tsunami. El Banco de México podría utilizar estas reservas para poder cuidar a las y los mexicanos y la certidumbre de los mercados ante estas adversidades. Es decir, que entre más grandes sean las reservas, más confianza se deposita en el peso por parte de los inversionistas y las calificadoras de riesgo, porque “existe un respaldo de acción” y evita que pudiera existir una devaluación del peso mexicano, o sea, influye a que sea más fuerte.

AMLO al principio de su mandato declaró que se respetaría la autonomía del Banco de México y el miércoles, el Senado de la República aprobó una reforma a los artículos 20 y 34 de Banxico y se adicionan los artículos 20 BIS y 20 TER de la Ley del Banco de México en materia de captación de divisas.

Esta reforma fue propuesta por el senador Ricardo Monreal quien establece que las personas puedan cambiar dólares en las instituciones financieras mexicanas ya que, existen “conflictos operativos” por los que cuando llega una mexicana o mexicano de Estados Unidos a querer cambiar sus dólares a pesos (porque en muchas partes del país no aceptan el dólar como moneda de cambio), no le es permitido y “se afectarían a millones de mexicanos que dependen de esa fuente de ingresos”. Los principales afectados serían en efecto, las personas que reciben remesas en efectivo y tienen que cambiar estos dólares en la banca comercial (cualquier banco) y por otro lado, aquellas que se dedican al turismo y reciben pagos en dólares. 
Las personas que reciben remesas en efectivo representan solamente el 1% según Banxico, ya que el otro 99% se realiza a través de transferencias.

El peligro que representa esta reforma es que obliga al Banco de México a comprar cada dólar que se quiera cambiar en un banco para que pasen a formar parte de las reservas internacionales del país sin importar si este proviene de precedencia ilícita, es decir, el narcotráfico.

Esto haría que el Banco de México se convirtiera en una lavadora y contara con dinero lavado que derivaría en una afectación al clima de las inversiones.

La realidad es que las remesas no son la fuente más importante de la captación de dólares en efectivo para el sistema financiero mexicano, quien en los últimos 9 meses captó 4,700 millones de dólares en efectivo y de estos, sólo 200 millones de dólares son provenientes de las remesas. Entonces, el grueso de las divisas que capta el sistema financiero mexicano provienen en su mayoría por turistas. De ese total captado, 700 millones de dólares se vendieron a los turistas mexicanos que iban al extranjero y, 3,800 millones regresaron a Estados Unidos por parte de las instutuciones financieras mexicanas que tienen acuerdos con contrapartes/corresponsalías donde pueden repatriar el excedente de divisas que se garantizan, son de recursos seguros y no ilícitos.

El riesgo está en que no todas las instituciones financieras mexicanas tienen una contraparte o corresponsalía en Estados Unidos y estarán obligadas a recibir divisas sin importar su origen y aquí está el riesgo. Estas divisas que no se lograron repatriar son las que tendría que comprar el Banco de México. Es decir, se le transferiría a Banxico todo el riesgo y, ante una posible investigación que encontrara que estos recursos son de procedencia ilícita, quien cargaría con el riesgo, es el Banco de México, quien se quedó con ellos al final. Esto no solamente afectaría al total de los recursos “sospechosos” sino, se congelarían todos los recursos.

Existen otras alternativas y mecanismos que podrían utilizarse para proteger las remesas en efectivo con instituciones financieras, no una reforma que atente contra la autonomía de esa manera. Y eso no es todo, Ricardo Monreal dijo que el gobierno podría fijar por decreto las tasas de interés para que pueda ser accesible el crédito.

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Esta no es la única situación que atenta a la autonomía del Banco de México

Hace unos meses, el consejero independiente del Consejo de Administración de PEMEX, Juan José Paullada Figueroa propuso utilizar las Reservas Internacionales para comprar bonos de deuda de PEMEX, ó sea, pagar toda la deuda con las reservas. La Secretaria de Energía, Rocío Nahle quien preside este consejo, de acuerdo con la versión del acta, consideró “una excelente propuesta, que refleja el cambio que impulsa el gobierno”. Parece chiste, pero es anécdota.
Es claro que el Banco Central no puede usar sus divisas o reservas para invertir en títulos de empresas del propio gobierno mexicano y que ningún inversionita en su sano juicio invertiría en PEMEX, ya que que los bonos fueron denominados desde abril de este año por las calificadoras de riesgo como “BB-“, lo que pone a PEMEX fuera de la zona conocida como de grado de inversión y dentro del área de los bonos basura. 
Hasta ahí llega lo que parece que al ver “un guardadito por ahí” lo quieran utilizar para “los cambios que impulsa su gobierno”.

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La defensa del Banco de México ante esta reforma
Volviendo a la reforma, ahora es la Cámara de Diputados a quien le tocará discutirla en donde esperamos, se pueda frenar y todo pase a ser un mal chiste. 
El Gobernador del Banco de México, Alejandro Díaz de León en una entrevista con Joaquín López Dóriga declaró:

En la Constitución se establece que el Baco de México es autónomo en el ejercicio de sus facultades (…) y aquí se nos está obligando a comprar activos, en este caso, dólares en efectivo a discreción de la banca nacional que determine cuántos dólares nos quiere vender, eso atenta contra la autonomía del Banco de México. Esto tiene un cúmulo de problemas y afectaciones (…), no es una afectación en una cosa accesoria, es en la parte fundamental de cómo servimos a los mexicanos.

Ante esto, la alternativa que contempla el Banco de México si no existe una apertura de diálogo es directamente llevar el caso a la Suprema Corte. 
Las y los diputados podrán aprobarlo este periodo legislativo a terminarse el 15 de diciembre o hasta el 30 de diciembre o en el siguiente periodo el próximo primero de febrero.

fvm